Cuando una superviviente de abusos sexuales, da a luz

Ideas plan de parto (49)

Hoy es 25 de noviembre, día internacional contra la violencia de género. Según un informe de la OMS de 2013:
“Globalmente, el 35% de las mujeres del mundo entero han sido víctimas de violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de violencia sexual por parte de personas distintas de su pareja. Aunque las mujeres pueden estar expuestas a muchas otras formas de violencia, esta cifra ya constituye un elevado porcentaje de la población femenina mundial”.

 

Si nos centramos además en el abuso sexual infantil, las cifras hablan de que puede llegar a afectar a entre un 15 y 20% de los niños, en proporción de 2 a 3 niñas por niño. A pesar de ser un problema social importante suele mantenerse en secreto, y apenas se llega a conocer un 2% de los casos. El género femenino es un «factor de riesgo», debido a que la mayoría de los agresores son varones heterosexuales.

En general se manejan cifras que concluyen que una de cuatro mujeres ha sufrido abusos sexuales a lo largo de su vida, gran parte de ellas en la infancia. Por lo que podríamos contemplar que una gran parte de las mujeres embarazadas que darán a luz, han sufrido abusos sexuales. El impacto de estos abusos en los procesos de embarazo, parto Y lactancia,  pueden llegar a ser profundos. El impacto y el sufrimiento no terminan con los abusos. Durante embarazo, parto y lactancia, a menudo retoman fuerza los recuerdos y las sensaciones de lo sufrido.

El cuerpo de la mujer cambia durante el embarazo. Lo hace fuera de su control y aunque para algunas es una experiencia positiva, para otras es muy difícil poder llevarlo. Crece el abdomen, el pecho también y además se vuelve muy sensible. El bebé se mueve dentro y para algunas mujeres son sensaciones no tan agradables.

Exponerse a exploraciones y palpaciones durante embarazo y parto para muchas supervivientes es realmente estresante. Se les dan órdenes de lo que “deben hacer” durante el embarazo porque el foco se pone sobre la salud del bebé por encima de sus propias necesidades. Durante el parto también se les dice lo que deben hacer, cómo ponerse y en general es un momento de máxima exposición donde muchas veces no se protege su intimidad.

Se utilizan a menudo etiquetas para algunas mujeres como “difíciles”, o “tensas” o “poco cooperadoras”. A veces aunque intentamos empatizar o conectar no lo conseguimos. Puede ser difícil. Las personas que aportamos cuidados durante embarazo y parto o lactancia no tenemos en cuenta muchas veces esta realidad tremenda, no la tenemos presente. Pero cuando hablamos de un 25% de la  población femenina, es necesario hacer el ejercicio diario de recordarlo. Estas mujeres intentan protegerse a si mismas porque ciertas situaciones de exposición pueden hacerles recordar cómo se sentían al ser abusadas. No sabrían cómo describirlo o no quieren ni tienen por qué hacerlo. Algunas ni siquiera lo recuerdan bien pero en su cuerpo la sensación está grabada.

Los profesionales que trabajamos con mujeres debemos de entender que cada mujer que cruza la puerta puede ser potencialmente una superviviente de abusos. Teniendo eso en cuenta debemos cuidar aún más nuestra manera de trabajar. Con el cuidado debido y la suficiente cautela.  En realidad muchas de las cosas que ayudarían a estas mujeres, son COSAS BÁSICAS que deberían ser siempre así. Pero las supervivientes pueden tener unas necesidades especiales añadidas y podemos ayudarlas y apoyarlas mejor. Pueden ser cosas tan simples como llamar a la puerta al entrar. Proteger MUCHO la intimidad de sus cuerpos. Suavizar los tactos vaginales todo lo posible o evitarlos directamente. Escuchar atentamente sus necesidades e intentar establecer una relación de confianza para facilitar su experiencia de embarazo y parto. Cuidar mucho nuestro lenguaje y las frases que decimos. Procurar exponer sus cuerpos lo menos posible y acordar planes de actuación con ellas si la situación se conoce de antemano.

El libro de Penny Simkin, “When survivors give birth” a mi me aportó mucho y me facilitó el acompañamiento de una mujer muy especial. Trabajamos juntas mucho durante el embarazo. Trabajamos sobre detalles muy concretos y otros más generales. No todas las mujeres son capaces según su momento de expresarlo abiertamente, depende de cómo de elaborado lo tengan, pero si confían en nosotras quizás algunas más podrían lograr hacerlo. Por supuesto es adecuado el apoyo de profesionales  específicos como psicólogos y/o psiquiatras pero en lo que se refiere a la asistencia y acompañamiento durante embarazo y parto específicamente, hay unas cuantas cosas básicas que podemos y debemos tener presentes. Os traduzco las tablas de Penny Simkin, disponibles en su web en inglés. Debemos trabajar en protocolos que tengan en cuenta estas situaciones.  Hablamos de hasta un 25 % de mujeres. No tiene por qué sucederle a todas, pero podemos encontrar puntos de ayuda en estas sugerencias y seguir formándonos en esta dirección. NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.

PDF: Supervivientes

2 comentarios en “Cuando una superviviente de abusos sexuales, da a luz”

  1. Ojalá hubiera mucha más gente como tú en el mundo Naza, en todos los ámbitos. No sabes cómo te agradezco lo que haces por todas nosotras. Me gustaría que cada día sintieras en todo tu cuerpo la paz y la felicidad que vas dando allá donde vas, no estoy segura de que seas consciente del impacto que produces en las vidas de los demás.

    Un abrazo enorme y de nuevo, ¡gracias de corazón!

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